miércoles, 21 de agosto de 2013

En qué idioma habló Yahshúa?

En qué idioma habló Yahshúa? Durante el siglo I en la tierra donde vivió Yahshúa hay constancia de que se utilizaban cuatro lenguas: arameo, hebreo, griego y latín. De todas ellas, la oficial y a la vez la menos empleada era el latín. La usaban casi exclusivamente los funcionarios romanos al conversar entre sí, y la conocían algunas personas cultas. No parece probable que Yahshúa hubiera empleado el latín en su conversación ordinaria o en su predicación. Por lo que respecta al griego, no sería sorprendente que Yahshúa se sirviese alguna vez de él, ya que muchos de los campesinos y artesanos de Galilea conocían esta lengua, al menos los rudimentos necesarios para una sencilla actividad comercial. También se empleaba en Judea: se calcula que, de los habitantes de Jerusalén, hablarían en griego entre el ocho y el quince por ciento. Pese a todo, no se sabe si Yahshúa empleó el griego alguna vez, ni es posible deducirlo con certeza de ningún texto, aunque tampoco cabe desechar esa posibilidad. En cambio, las repetidas alusiones de los escritos apostólicos a la predicación de Yahshúa en las sinagogas y a sus conversaciones con fariseos sobre textos de la Escritura hacen más que posible el que conociera y empleara la lengua hebrea. Los estudios acerca del trasfondo lingüístico de los escritos apostólicos apuntan a que las palabras recogidas en ellos fueron pronunciadas originalmente en una lengua semítica. Sin embargo, aunque Yahshúa conociera y usara a veces el hebreo, parece que en la conversación ordinaria y en la predicación, Yahshúa hablaría de ordinario en arameo, que era la lengua más normal para el uso diario entre los judíos de Galilea. De hecho, en algunas ocasiones el texto traducido a los diferentes idiomas de los escritos apostólicos deja en arameo algunas palabras o frases sueltas puestas en boca de Yahshúa: talitha qum (Mc 5,41), corbán (Mc 7,11), effetha (Mc 7,34), geenna (Mc 9,43), abbá (Mc 14,36), Eloí, Eloí, ¿lemá sabacthaní? (Mc 15,34), o de sus interlocutores: rabbuni (Mc 10,51). Se nota en la peculiar textura del griego usado en las traducciones de los escritos apostólicos, que trasluce una matriz sintáctica aramea. Pero también se puede deducir del hecho que palabras puestas por los escritores apostólicos en boca de Yahshúa cobran especial fuerza expresiva traducidas nuevamente al arameo, y de que hay palabras que son utilizadas con una carga semántica distinta a la habitual en griego, derivada de un uso semitizante. Incluso, en ocasiones, al traducir los escritos apostólicos desde el griego a un lenguaje semítico se perciben en ellos algunos juegos de palabras que quedan ocultos en la traducción al griego. BIBLIOGRAFÍA: Joseph A. FITZMYER, «The Languages of Palestine in the First Century A. D.»

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